Descubrir Cádiz de torre en torre

Mundo insólito

Entre las numerosas construcciones que atesora la Tacita de Plata, destaca la torre Tavira, que alberga la primera cámara oscura de España

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Vista aérea de Cádiz desde la torre Tavira

Parshina Olga / Getty Images/iStockphoto

Cádiz es tan coqueta que decidió enroscarse al final del tómbolo de la isla de León para tener la mejor visión posible del océano Atlántico. Prácticamente en el centro del entramado urbano se halla la torre Taviria, que podría ser una más del centenar largo con que cuenta la ciudad. Pero que es única porque alberga la primera cámara oscura de España.

Mediante un sistema de lentes y espejos colocados sobre una “chimenea” que corona la torre más alta de Cádiz, la cámara oscura proyecta una imagen en movimiento de lo que está ocurriendo bajo los pies del visitante en los 360º de la bahía.

La sensación es muy curiosa pues, en medio de una penumbra sugerente, el gran panel circular central permite a los observadores ir fijándose en cada rincón, ver qué sucede en ellos, si hay personas cruzando las avenidas y plazas, qué se cuece dentro del puerto. En la primera planta hay una exposición que permite familiarizarse con los principios de funcionamiento de la cámara oscura y la historia de este ingenio óptico en diferentes lugares del mundo. En la planta inmediatamente inferior a la azotea, los visitantes reciben información sobre el momento más brillante de la historia de la ciudad, en los siglos XVIII y XIX.

El año 1717 es capital para entender la proliferación de las torres en Cádiz. Es cuando la Casa de Contratación de Indias, que tenía sede en Sevilla, se traslada hasta la Tacita de Plata. A partir de entonces, el negocio de las Américas tiene su punto de destino aquí. Armadores, fletadores y empresarios en general empiezan a construir torres que coronan los edificios, desde los cuales estar pendientes de cuándo llegan a Cádiz los barcos que alimentan su riqueza.

La torre Tavira es la más alta y destacada por poseer el ingenio óptico, pero se puede ir recorriendo Cádiz “a la caza” de estos puntos de observación que le dan a la ciudad un aspecto único. Hay algunas muy singulares. El edificio de las 4 Torres burló la prohibición de elevar solo una de estas construcciones por edificio abriendo cuatro puertas de acceso. Así, formalmente, se trataba de cinco inmuebles. La torre Bella Escondida (c/. José del Toro) recibe el nombre de la dificultad que hay para vislumbrarla desde la calle. Es de aire mudéjar y planta octogonal, lo que le da aspecto de minarete.

Los arquitectos distinguen cuatro tipos de torres en Cádiz: la de planta cuadrada y cubierta plana (Torre Tavira, en c/. Marqués del Real Tesoro; o Casa del Almirante, en Pza. San Martín); con garita, que son las más abundantes (ejemplos en las 4 Torres, en Pza. Argüelles; y 5 Torres, en Pza. España); de sillón, porque marca un escalón con una parte culminante más alta que la otra (El Mirador, en c/. Isabel la Católica); o de sillón con garita, que tratan de ganar cuanta más altura mejor.

Curiosamente, con la peculiaridad histórica y arquitectónica que supone la proliferación de estas torres de vigía suntuosas, la ciudad no tiene organizada una ruta específica que las resiga. Algunas de ellas son visitables, pero no están articuladas en un discurso turístico. Para conocer cuáles son visitables y sus horarios de apertura, lo mejor es entrar en la web https://turismo.cadiz.es.

A pesar de la peculiaridad histórica y arquitectónica de estas torres de vigía, la ciudad no tiene organizada una ruta que las resiga

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