El petróleo no se acaba: nuevos megaproyectos que hacen aún más difícil la defensa del clima

Energía versus medioambiente

Grandes reservas como las descubiertas en Namibia y Guyana alejan el 'peak oil' y complican la reducción de emisiones y el límite de aumento de la temperatura del Acuerdo de París 

Una parte importante de las nuevas reservas de petróleo y gas encontradas en Namibia y Guyana se encuentran en zonas del litoral  .

Una parte importante de las nuevas reservas de petróleo y gas encontradas en Namibia y Guyana se encuentran en zonas del litoral .

Getty Images/iStockphoto

Los accionistas y clientes de una de las entidades bancarias más importantes de España recibieron a finales de abril un boletín informativo en el que se les animaba a invertir en un nuevo proyecto de la empresa portuguesa Galp Energia. La información bancaria incluía un titular llamativo (Nuevo yacimiento en Namibia ¿Descubrimiento trascendental?) y daba por buena la estimación de Galp indicando que se han encontrado en este país de África meridional unas reservas de 10.000 millones de barriles de hidrocarburos.

En los últimos años, Shell (Reino Unido) y TotalEnergies (Francia) han descubierto en la cuenca de Orange y las costas de Namibia reservas igualmente multimillonarias y, en la mayoría de los casos, las autoridades locales ya han concedido permisos para la explotación masiva de petróleo y gas.

Namibia es un claro ejemplo de la contradicción existente entre los objetivos marcados para hacer frente al cambio climático (mediante la reducción de la emisión de gases como los producidos por la combustión de petróleo) y los intereses compartidos por los países con reservas de hidrocarburos y las empresas del sector.

La Agencia Internacional de la Energía (en la actualización del Net Zero Roadmap), el IPCC y estudios tan destacados como el publicado en la revista Nature por expertos de la University College de Londres han señalado que si se quiere conseguir el objetivo del Acuerdo de París de no superar un aumento de la temperatura de 1,5 ºC es imprescindible reducir rápidamente la combustión de hidrocarburos; y, entre otras medidas, han propuesto que buena parte de los recursos presentes y futuros de carbón, petróleo y gas sigan manteniéndose bajo tierra (sin extraer ni consumir).

Sin embargo, la realidad de nuevos megaproyectos de extracción de hidrocarburos como los anunciados en los últimos años y el constante aumento del consumo mundial de estos combustibles fósiles (ver complemento en la parte inferior) apuntan en sentido totalmente contrario a la lucha contra el cambio climático.

Nuevos países y más recursos

“Namibia y Guyana -que cuenta con grandes planes que lidera ExxonMobil [Estados Unidos]-, son los dos mejores ejemplos de reservas encontradas recientemente en países que hasta ahora no destacaban en la producción de hidrocarburos”, señala Mariano Marzo, catedrático emérito de Estratigrafía y Geología Histórica de la Universidad de Barcelona. “Y el problema no es solo que se encuentren nuevas reservas en Namibia o Guyana, sino que se siguen descubriendo muchos recursos de petróleo y gas en los países tradicionalmente productores y que nuevas fuentes como el fracking aportan recursos inmensos por ejemplo en Estados Unidos”, explica a La Vanguardia el profesor Marzo.

Las protestas contra el 'fracking' en algunos países (como el Reino Unido, en la foto) no han impedido su implantación masiva, por ejemplo, en Estados Unidos  .

Las protestas contra el 'fracking' en algunos países (como el Reino Unido, en la foto) no han impedido su implantación masiva, por ejemplo, en Estados Unidos .

RS / Getty Images

Los datos del Global Oil and Gas Extraction Tracker (base de datos del Global Energy Monitor, ONG especializada en análisis de recursos energéticos con sede en San Francisco, EE.UU.) indican que en 2023 se descubrieron 19 nuevos grandes yacimientos de hidrocarburos, con unas reservas estimadas 7.700 millones de barriles equivalentes de petróleo (BEP) y, también el año pasado, se autorizó la explotación de al menos 20 grandes yacimientos, que podrían sumar la extracción de 8.000 millones de BEP. Para finales de esta década, las empresas del sector pretenden recibir la aprobación de proyectos que añadirían 31.200 millones de BEP, en 64 yacimientos adicionales, indica la base de datos del Global Energy Monitor.

Reservas de petróleo y descubiertas en 2022 (marrón oscuro) y 2023 en millones de barriles equivalentes de petróleo

Reservas de petróleo y descubiertas en 2022 (marrón oscuro) y 2023 en millones de barriles equivalentes de petróleo

https://globalenergymonitor.org/

“Países en desarrollo como Namibia y Guyana no van a renunciar a explotar los recursos que ahora han descubierto, por mucho que países ricos como la Unión Europea o incluso la Agencia Internacional de la Energía defiendan que se debe dejar el petróleo y el gas bajo tierra para proteger el clima”, indica Mariano Marzo. Sobre la responsabilidad de las grandes empresas petroleras que lideran la extracción de petróleo y gas en nuevos yacimientos, el profesor Marzo plantea la siguiente reflexión: “por mucho que nos pese, si no lo hacen estas multinacionales occidentales, lo hará China o incluso Rusia”.

¿El clima o el negocio?

Francisco del Pozo, director de campañas sobre combustible fósiles de Greenpeace España, lamenta que muchas empresas petroleras y gasísticas, “entre ellas, la española Repsol”, sigan buscando y explotando nuevos yacimientos y, al mismo tiempo, “pretendan hacernos creer que realmente tienen planes de descarbonización y trabajan contra el cambio climático”. “Las grandes compañías del sector están haciendo un lavado verde para esconder sus vergüenzas, que no son otras que seguir extrayendo grandes cantidades de combustibles fósiles y buscando nuevos yacimientos sin importarles realmente el impacto en el cambio climático”.

Los estudios científicos y las recomendaciones de la ONU “señalan la imperiosa necesidad de dejar bajo tierra buena parte del carbón, petróleo y gas existentes”, señala Del Pozo. Para alcanzar este objetivo, “es necesario hacer una planificación a escala mundial y decidir qué recursos se dejan de explotar, teniendo en cuenta que los primeros que deben dejar de extraer son los países ricos, que precisamente son quienes durante más tiempo han sido los responsables de las emisiones que provocan el cambio climático; un ejemplo, claro es el fracking en Estados Unidos, que debería paralizarse de inmediato”. “También se debe priorizar la prohibición de las explotaciones de combustibles fósiles en países en los que se vulneran los derechos humanos o se provocan daños especialmente graves para el medio ambiente”, indica el portavoz de Greenpeace España. “En cualquier caso, es imprescindible que la transición energética y el abandono de los combustibles fósiles se hagan cumpliendo los objetivos globales de reducción de emisiones para evitar un aumento de las temperaturas por encima de 1,5 ºC”.

Marina Gros Breto, coordinadora del Área de Energía y Clima de la Confederación de Ecologistas en Acción, destaca el estudio cuyos resultados fueron publicados en 2021 en la revista Nature  en el que se que se señalan “las reservas de combustibles fósiles que deben quedarse sin explotar a nivel mundial para mantenerse dentro del 50% de posibilidades de cumplir con el Acuerdo de París”. “Según el artículo, en 2050, casi el 60% del petróleo y del gas metano fósil, y el 90% del carbón, deberán permanecer sin extraer para mantenerse dentro de un presupuesto de carbono que no provoque la superación de los 1,5 °C de temperatura”, indica Marina Gros. La portavoz de Ecologistas en Acción, en este sentido, invita también a conocer la iniciativa internacional del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, que ha sido apoyada por el Parlamento Europeo el 20 de octubre de 2022.

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