Cuando Jaguar se llamaba SS y tuvo que cambiar el nombre por su connotación nazi

Curiosidades del automóvil

Ocurrió después de la Primera Guerra Mundial y todavía con más fuerza tras la Segunda: todo lo que sonaba a “alemán” era cancelado, también en la industria del automóvil

Frontal de un coche Jaguar que luce las siglas SS y las alas del emblema

Frontal de un coche Jaguar que luce las siglas SS y las alas del emblema

En 1917, en plena Primera Guerra Mundial, el entonces Rey de Inglaterra Jorge V tomó la trascendental decisión de cambiar el apellido original de su dinastía, la Sajonia-Coburgo-Gotha, por el actual de Windsor.

Los orígenes históricos de la casa real británica eran totalmente germanos desde 1714 -cuando fue entronizado Jorge I de Hannover- y resultaba incómodo que el monarca inglés tuviera un apellido “tan alemán” cuando en el frente las tropas del Kaiser -por cierto, también su primo hermano- estaban masacrando a las británicas.

La Gran Guerra de 1914 a 1918 resultó una carnicería en términos de vidas humanas, pero no tuvo un germen ideológico ni racial, de modo que poco a poco las cosas volvieron a la normalidad, aunque los Windsor serían ya para siempre Windsor.

William Walmsley y William Lyons, fundadores de “Swallow Sidecars” en 1922

William Walmsley y William Lyons, fundadores de Swallow Sidecars en 1922

Tras la Segunda Guerra Mundial, en cambio, el nacional-socialismo había dejado una huella de odio y horror tan insoportable que provocó un afán desmedido por “desgermanizarse” de infinidad de ciudadanos, marcas y empresas que no estaban dispuestos a que su nombre o denominación comercial sugiriera algún vínculo -aunque jamás hubiera existido- con el régimen de Adolf Hitler.

El origen del nombre SS

Una de las compañías que no dudó ni un instante en acogerse a este cambio de nombre fue la Swallow Sidecars, fundada en 1922 por dos amigos apasionados de las motocicletas -William Walmsley y William Lyons- en Blackpool, Lancashire.

La compañía había empezado fabricando, como su nombre indica, sidecars para acoplar a unas motos de cuyo mantenimiento, reparación de pintura y carrocería se ocupaban igualmente.

Austin Swallow

Austin Seven Swallow

Hoy en día son una excentricidad, pero en la década de los 20 los sidecars hacían en muchos casos la función de utilitario familiar o vehículo de trabajo y a la Swallow Sidecars le fue muy bien en muy poco tiempo. Tanto que en 1927 se animaron ya a fabricar su primer automóvil, sobre la base de un Austin Seven: el Austin Seven Swallow.

El Austin 7 montaba un motor de cuatro cilindros de 696 cc y 7 CV y ya era de por sí extraordinariamente popular. De hecho, el primer vehículo de BMW, el Dixi, estaba también basado en el Austin 7 igual que el primer Nissan o el Rosengart francés.

El Austin Swallow fue un éxito porque era barato y ofrecía una imagen más sofisticada que el modelo original

La preparación de Swallow mejoraba notablemente los acabados y ofrecía decoraciones más modernas, de modo que resultó un éxito incluso durante la crisis del 29, ya que se mantenía entre los más baratos del mercado y ofrecía una imagen más sofisticada que el modelo original.

Adiós a los sidecars para centrarse en los coches

En 1934 Walmsley decidió vender su parte de la compañía poniéndola toda en manos de Lyons, que dejó definitivamente atrás los sidecars y las motos y centró el punto de mira únicamente en los automóviles, cambiando la denominación “Swallow Sidecars” por la “S.S. Cars Limited”.

SS 1

El SS 1 fue uno de los modelos lanzados al mercado por la compañía 

Lyons había entendido que el secreto del éxito de su primer coche había estado en aparentar más de lo que en realidad ofrecía mecánicamente y siguió por ese camino con los SS 1-motor de seis cilindros de 2.0- y el SS 2, con un motor 1 litro y 4 cil- suministrados los propulsores y bastidores por la Standard Motor Company.

Los coches de Lyons lucían en su frontal un logotipo muy parecido al de las funestas runas de las “SchutzStaffel” nazis

Los coches SS seguían vendiéndose muy bien pese a la coyuntura mundial porque siempre se movían en las franjas más económicas, pero a Lyons le reventaba la reputación de modelos “More show than go” -“Más apariencia que eficiencia”- con la que sus competidores calificaban a sus creaciones. Dispuesto a cambiar esta dinámica contrató a dos solventes ingenieros -William Heynes y Harry Weslak- y lanzó en 1935 una nueva gama de altas prestaciones; la SS Jaguar con motores de 6 cilindros y 102 CV.

Unas siglas odiosas

En 1939 el país volvía a estar en guerra contra Alemania y esta vez -a diferencia de en la Primera- las bombas de la Luftwaffe sí caían sobre Londres y además los noticiarios británicos iban cargados cada día de las truculentas imágenes de las atrocidades cometidas por las SS. El problema estaba en que, por una de esas malas jugadas del destino, los coches de Lyons lucían en su frontal un logotipo muy parecido al de las funestas runas de las “SchutzStaffel” nazis. Incluso incorporaban unas alas de águila extendidas igual que las alemanas.

Anuncio de la llegada de los dos nuevos automóviles de SS Cars

Anuncio de la llegada de los dos nuevos automóviles de SS Cars

Y ahí no terminaba todo; la campaña publicitaria de los nuevos coches se basaba en el eslogan poco afortunado dadas las circunstancias ¡¡¡Espera!!! ¡¡¡Vienen los SS!!!

Evidentemente, ni Lyons ni su compañía habían tenido absolutamente nada que ver con el Tercer Reich y no solo eso, sino que además, durante el conflicto, habían ralentizado la producción de coches y vuelto a los orígenes fabricando para el ejército británico los sidecars militares de sus unidades motorizadas de exploración.

El 23 de marzo de 1945 los responsables de SS Cars acordaron cambiar el nombre de la compañía a Jaguar Cars Limited

Pese a eso, la coincidencia de siglas no solamente resultaba molesta sino que, además, estaba siendo un freno a las ventas porque pese a que los SS90 y SS 100 eran unos coches extraordinarios, el potencial cliente no quería ver ni en pintura nada que le recordara lo más mínimo a los horrores vividos.

Ante esta situación y promovida por el propio Lyons, el 23 de marzo de 1945 los responsables de SS Cars acordaron en una junta directiva cambiar el nombre de la compañía a Jaguar Cars Limited para evitar cualquier tipo de asociación con las siglas nazis así como la incorporación del emblema del elegante felino en detrimento de las odiosas siglas.

Emblema felino de la marca de coches Jaguar

Emblema felino de la marca de coches Jaguar

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