Cambio de armario: cómo guardar tus abrigos y cazadoras para que estén perfectos en otoño

Todo en orden

La opción ideal es colgar estas prendas en vertical para evitar doblarlas

Tres preguntas que debes hacerte cuando hagas limpieza de armario según una personal shopper

Protegidos por fundas de tela o de plástico y en una barra de la parte más alta del armario, la mejor forma de guardar los abrigos y las chaquetas de invierno.

Protegidos por fundas de tela o de plástico y en una barra de la parte más alta del armario, la mejor forma de guardar los abrigos y las chaquetas de invierno.

El Corte Inglés

Los días se alargan, las temperaturas suben y se abren paso las sandalias, los shorts y las camisetas de manga corta. El cambio de armario es una liturgia semestral que da continuidad a los cambios de estación y facilita la elección matutina de los looks que luciremos cada día. A pesar de que puede resultar una tarea tediosa y aburrida, esta es una oportunidad perfecta para retirar esas prendas que no nos hemos puesto en todo el invierno y conservar en las mejores condiciones la ropa que guardaremos hasta la próxima temporada. A continuación, te damos algunos consejos sobre cómo hacerlo.

Limpia las prendas correctamente

Antes de decirle adiós a los abrigos y las chaquetas de la temporada de invierno, conviene hacer una colada con aquellas prendas que lo necesiten. En aquellos tejidos sensibles a los lavados a máquina, como los abrigos de paño de lana, utiliza un rodillo para remover las pelusas o los pelos de tu mascota que hayan podido adherirse. El resto, mételas en la lavadora y deja que sequen bien para prevenir la propagación de bacterias y el moho.

En vertical, la mejor forma de colocarlos

Una vez planchadas las chaquetas y abrigos, reserva la parte más alta de tu armario para guardarlas. Este tipo de prendas suelen abultar y algunas son demasiado delicadas como para doblarlas varias veces. Por eso, lo ideal es colgarlas en perchas y protegerlas del polvo con la ayuda de fundas de tela o de plástico. Para dotarlas de un punto de protección extra, puedes colgar de la percha saquitos de lavanda o productos antipolillas.

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En el caso de los abrigos impermeables, puedes optar por guardarlos al vacío. Esta técnica casera te ayudará a comprimirlos en caso de disponer de un espacio de almacenaje limitado. Existen bolsas específicas preparadas para esta función que cuentan con una boquilla, sobre la que deberás succionar con el aspirador el aire restante una vez colocada la prenda en el interior. Puedes aplicar este mismo método para guardar tus edredones y juegos de cama.

Otras opciones

Una alternativa son las cajas de plástico, a menudo transparentes, que te permitirán ordenar tus abrigos y chaquetas y ubicarlos de forma fácil de cara al próximo invierno. Simplemente, dobla las prendas de forma que queden lo más lisas posibles y, una vez cerrada herméticamente, guarda la caja en el estante superior del armario, en el ático o debajo de la cama. Si te quedas sin espacio, dobla el abrigo una sola vez, colócalo encima de las cajas y cúbrelo con una tela o sábana.

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